el espectro del salon

Los alumnos de aquel colegio no podían estar mas felices, bueno, al menos los del séptimo año. Ya que hace dos días los habían trasladado al salón de los cuarto medio, la razón del traslado era el hecho de que su salón de clases ya estaba muy deteriorado. La pintura de las paredes se descascaraba, los marcos de las ventanas estaban rayados, la lluvia se colaba por unas grietas, etc...

El salón de clases estaba en mejor estado del que se esperaba, era amplio y – a pesar de tener pocas ventanas- tenía una buena ventilación. Pero como es de esperarse, tenía problemas, dos para ser preciso :

El primero era la falta de luz , el salón era extremadamente oscuro, ya que los ladrillos eran de un rojo oscuro y la falta de ventanas (las tres que habían estaban pintadas de color blanco) no ayudaba en el problema.

El segundo era la pésima iluminación, ya que todas las bombillas estaban rotas (imagínense la fiesta), razón por la cual el profesor debía llevar varias velas , tan solo para que se pudiera ver el pizarrón.

Aquella mañana, Javier y su amigo Dan llegaron, mas o menos temprano, la razón era un gran, frío y deprimente clima. El cielo parecía la panza de un burro gris colgando sobre sus cabezas y el viento podía sentirse como un cubito de hielo en la espalda. La razón por la que te cuento todo esto es para que imagines con algo de claridad lo oscuro que estaba el salón de clases cuando sonó el timbre.

En aquella tarde de periodo escolar (aunque Javier no puso demasiada atención, estaba muy ocupado observando su muñeca), pero no fue hasta casi el fin de ese día que ocurrió la catástrofe. Entre la oscuridad que había nadie notó que, al final de la fila de pupitres, el chico que estaba sentado delante de Javier no se había movido en mucho tiempo. Tan solo cuando sonó el timbre y todos se levantaron, alguien notó que el chico no había –siquiera- ordenado sus cosas.

Entre varios la zamarrearon, lo golpearon y lo molestaron, pero el chico no se movía, hasta que entre varios lo tomaron de brazos y pies y lo arrastraron hasta fuera del salón, lo que encontraron les heló la sangre. El chico tenía toda la espalda desgarrada, e incluso, bastaba con observar con algo de cuidado para ver la columna vertebral.

Los niños comenzaron a gritar hasta que un profesor se acercó, éste sólo pudo atinar a llamar al director y al enfermero de la escuela. Luego de un minucioso examen, el enfermero sólo pudo constatar que el chico había muerto por el desgarro de unas poderosas zarpas con garras.

Ese extraño evento no se había hecho público, pero quizá hablar de eso les habría quitado un peso de encima a los alumnos, los niños estaban cada vez mas aterrados, mas de una vez alguien había visto, -luego de irse- una especie de sombra que lo seguía, aunque para Javier y Dan, este suceso sonaba mas a una aventura épica que a una cita con la muerte.

Así, con la actitud más irresponsable e infantil que te puedas imaginar, decidieron juntarse al anochecer en la escuela, para capturar a la criatura. Pero no contaban con que los diferentes planes, explotaran en una pelea y así, se dividieron, Javier se fue quien sabe donde y dan fue al salón de clases, sin saber lo que encontraría en él.

Cuando entró , enseguida advirtió lo terrible que era el ambiente, silencio, vacío, oscuridad y…miedo , entretenido en estos pensamientos , no notó que la criatura se acercaba sigilosamente a él , pero cuando lo notó la criatura ya le había desgarrado el pecho, pero, antes de que sus ojos se apagaran con el frío de la muerte, pudo ver los ojos de la bestia, esos ojos, eran de…

(Aquí narra Javier)

Desperté en lo que creo que es el salón de clases , no se como rayos terminé aquí , pero sólo importa el extraño y tétrico ambiente que se respira aquí , Dan esta tirado en el piso a escasos metros de mi, me acerco, no se mueve, le grito, pero no me oye, y ya se porqué, no le oigo respirar , Dan esta muerto.

De puro miedo, lo admito, salgo al patio, la luz me ilumina, como siempre que estoy asustado, me toco la frente, y noto algo en mis manos. Lo que esta en mis manos es sangre fresca, en mis uñas hay trozos de piel desgarrada, solo en este momento me doy cuenta. Pero sé que la mordida de ese perro tiene algo que ver, debí haberlo imaginado, pero no lo hice, sólo hasta ahora es que me doy cuenta, pero jamás pensé, que la bestia, el espectro del salón de clases era… yo